Un gilipollas en Uppsala

Las desventuras de un pobre hombre en una ciudad escandinava.

5 de noviembre de 2005

Recuerdos

Hay momentos en los que algo que en principio puede parecer intrascendente llama tu atención de forma que su recuerdo permanece. Recuerdo dos de esos momentos en los que dos mujeres paralizaron mi mundo.

Uno fue en una noche de verano cualquiera, en un bar cualquiera con una gente que ya he olvidado. Una de tantas noches en las que todo es plácido y la gente sonríe en torno a una mesa. Y entre esa gente una chica cualquiera dejó caer una de sus sandalias, que se deslizó mostrando su pie descalzo. Fue un acto indolente, despreocupado, pero que hizo que todo se colocara a su alrededor para formar un instante mágico. Y eso es lo que recuerdo, no el sitio, no la chica, sólo la sensación de estar viendo algo bello y quizá irrepetible. Nada más pasó. Pero años después todavía me estremece.

Otro de esos momentos mágicos ocurrió en otoño. Un día soleado de aire puro y cielos altos. Esperaba el autobús disfrutando de la luz de la mañana cuando, como salida de esa luz, una mujer apareció montada en su bicicleta, vestida con una falda larga de un color claro y una blusa blanca con dos botones desabotonados, que dejaban entrever su piel ligerísimamente tostada, apenas rozada por el sol. El reflejo de la luz en esa piel fue algo difícil de olvidar, otro momento de belleza que sólo se puede entender cuando se ha vivido.

Es posible imaginar una vida dedicada a la búsqueda de esos momentos. Es posible que sólo su rareza los haga tan especiales. En cualquier caso merece la pena el haberlos vivido, merece la pena recordarlos y saber que en cualquier momento la belleza puede aparecer en la más prosaica de las vidas.

1 Apostillas:

A las 4:31 p. m., Anonymous Anónimo apostilló...

"RECUERDOS"

EXCELENTE MI ESTIMADO AMIGO
COINCIDO CONTIGO YA QUE AL IGUAL QUE TU SOY UN TIPO SUSCEPTIEBLE A ESTE TIPO DE COSAS ES ALGO INEXPLICABLE Y TAL COMO BIEN LO DICES "HAY QUE VERLO PARA ENTENDERLO" NO SIEMPRE HACE FALTA QUE OCURRA ALGO MAS, UNA SIMPLE IMAGEN INESPERADA MUCHAS VECES NOS DEJA UNA HUELLA TAN ONDA EN EL ALMA QUE SE CONVIERTEN EN "RECUERDOS" DE MOMENTOS INOLVIDABLES Y QUE MEJOR QUE UNA DAMA PARA MOVER ESAS FIBRAS EN NUESTRO SER.

 

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