Un gilipollas en Uppsala

Las desventuras de un pobre hombre en una ciudad escandinava.

27 de febrero de 2006

Battlestar Galactica

Acabo de terminar de ver la primera temporada de esta segunda versión de Battlestar Galactica. No recuerdo nada de la serie original, aunque recuerdo haberla visto: Galáctica, Estrella de Combate. La verdad es que eso no es sorprendente cuando sólo había un par de canales y ni siquiera funcionaban 24 horas al día. Dicen que la serie original era una copia oportunista de La Guerra de las Galaxias, por tanto una space opera sin mucha profundidad. Ahora los gustos van por otro lado. Los efectos especiales están a la altura de lo que se espera en estos casos y el guión ofrece algo más que meras batallas intrascendentes. Es cierto que en la serie hay muchos tópicos propios de una serie muy estadounidense. Para los que no lo sepan, la serie gira alrededor de la tan usada idea de la rebelión de unos robots inteligentes creados por el hombre. Por tanto recurrimos de nuevo a unos malos que se pueden matar sin dejar de ser políticamente correcto (¿recordáis La amenaza fantasma?). Además, la serie produce un cierto empacho de las palabras democracia y libertad, unido a escenas de tortura que llevan a cabo los buenos, que hacen recordar que quizá Guantánamo no es algo tan descabellado para una buena parte de la sociedad de aquel país. Contado así no parece que la serie aporte mucho.

Sin embargo, el guión tiene una historia subyacente que rompe con esas ideas quizá superficiales. A medida que pasan los capítulos vemos que quizá (sólo quizá) los malos no sean tan malos. Y es que nos encontramos que los robots han evolucionado, han sido capaces de crear cuerpos en la práctica indistinguibles de los humanos. Aún más, estos robots con apariencia humana tienen sentimientos totalmente humanos: conocen la amistad, el dolor, el hambre, el frío, el amor y, lo que es más interesante, tienen un fuerte sentimiento religioso. Eso nos lleva a lo que más me ha interesado de esta primera temporada: ¿es posible que un robot pueda tener alma? Dicho en un lenguaje más, digamos, serio para alguien no necesariamente creyente en el siglo XXI: en caso de existir Dios (o Dioses o Fuerza Primigenia o Espíritu Esencial, como queramos), ¿sería un robot de las características descritas en la serie una "criatura de Dios", al igual que cualquier otra cosa que llamamos natural? Aún más, en caso de creer en una religión en la que el hombre tiene un papel primordial por encima de los demás seres vivos, ¿sería equiparable al hombre un ser con cuerpo humano, conciencia de sí mismo, capaz de evolucionar y, por si fuera poco, capaz de reconocer la existencia de Dios? Mi formación teológica es bastante escasa y se ciñe a la religión católica, por lo que no sé qué respuesta seria se puede dar hoy en día a tal pregunta. Creo que, en todo caso, la respuesta debe estar muy relacionada con la definición de ser vivo, con la definición de lo que es natural o artificial y finalmente con el concepto mismo de Dios. La primera cuestión (ya lejos del nacen, crecen, se reproducen y mueren de la escuela) ha resultado ser bastante difícil para la ciencia moderna, al haberse descubierto nuevos organismos que están en la frontera entre los seres vivos y los seres inanimados. En cuanto a la segunda, nunca he estado de acuerdo con la visión más extendida de lo que es natural. ¿Por qué ha de ser tan especial el Hombre como para diferenciar lo que él hace de todo lo demás? ¿No será el Hombre, por el contrario, simplemente una especie más, aunque extraordinariamente exitosa? En cuanto al concepto de Dios, para mí es mucho más complejo ya que lo asocio indefectiblemente con el concepto de Fe. En cualquier caso, mi conclusión es que quizá. Quizá un ser como el que se describe en la película pudiera considerarse un ser vivo, en igualdad de condiciones ante un hipotético Dios que cualquier otro ser vivo. Quizá deberíamos ser más humildes en nuestra visión como especie frente al resto del mundo y replantearnos muchas cosas. O quizá, como dijo Ratzinger, que no es precisamente tonto, al ser elegido papa, todo esto sólo sea debido al relativismo de la sociedad en la que nos ha tocado vivir.

P.S. En la serie se considera que los robots no mueren, sino que su memoria es transferida a otro cuerpo (clon del primitivo) y continúan como antes. Muy parecido a lo que se nos cuenta en Ghost in the shell: la conciencia del individuo reside en su memoria y puede ser transferida y almacenada en distintos soportes.