Un gilipollas en Uppsala

Las desventuras de un pobre hombre en una ciudad escandinava.

13 de noviembre de 2006

Alces borrachos

Pasó hace poco en Goteburgo. Por lo visto un alce se dio un atracón de manzanas medio fermentadas y pilló una buena borrachera. Nuestro amigo, como buen sueco, se dio una vuelta por ahí hasta que el alcohol hizo su efecto y se quedó a dormirla en la puerta de una escuela. Por supuesto, los pobres niños estaban un poco asustados. Para los que nunca hayan visto un alce, tiene el tamaño más o menos de un caballo y, si es macho, una cornamenta respetable. La historia en inglés aquí. Los cachondos le llaman alco-alce.

La verdad es que aquí no es difícil ver bichos. Uppsala tiene bastante zonas verdes y no es raro ver liebres y ardillas corriendo. Saliendo un poco de la ciudad es habitual ver ciervos pequeños. A veces hay que tener cuidado porque cruzan la carretera alegremente. De hecho aquí inventaron la prueba del alce, esa que se hizo famosa cuando no la pasó el Mercedes Clase A. Por cierto, me han dicho que ese coche nunca ha tenido éxito en Suecia...